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DÍA DE LA CANDELARIA, TRADICIÓN MÉXICANA

Por: Harumy Báez y Estrella Nuriulú

Fotos: Fabián Cruz

El 2 de febrero se celebra el día de la Candelaria, celebración acompañada de la tradición de comer tamales, estos, patrocinados por aquellos a quienes les salió el “niño” en la también ya tradicional Rosca de Reyes que se acostumbra a partir el 6 de enero.

Los orígenes de la fiesta de la Candelaria vienen de Oriente, en el siglo VI se extendió a Occidente, llegando a Roma con un carácter penitencial. En México, esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los habitantes llevaban a la iglesia mazorcas para que fueran bendecidas a fin de sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia el 2 de febrero, el cual coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca.

El término nace del candelero, que en un contexto religioso significa “luz santa que guía al buen camino”. Esta celebración da fin al periodo navideño, pues en dicha fecha se cumplen 40 días del nacimiento del Niño Dios, este año en particular, se espera que estos niñitos estén vestidos como profesionales de la salud, con la intención de reconocer la ardua labor a la que se han comprometido y enfrentado en esta lucha contra la pandemia.

Como se menciona, esta celebración viene acompañada de la tradición de dar tamales, un platillo típico y de gran historia en México.
Platillo de los mexicanos

Los tamales son un alimento que data de la época precolombina, y forman parte de la gastronomía mexicana, el nombre tamal viene del náhuatl [tamalli] que significa “envuelto”, nombre genérico dado a varios platos americanos de origen indígena, los cuales son preparados generalmente con masa de maíz cocida envuelta en hojas de mazorca, planta de maíz u hoja de plátano.

Esta comida tiene mucha influencia azteca, ya que en aquel entonces los tamales los rellenaban con chile dulce, tomate y semillas de calabaza molidas, mezcladas con carnes de faisanes, codornices y pavos. Además, los preparaban con semillas de ayote, calabaza molida, tomate, miel de abejas y caracoles, también llevaban carnes de xulo, tepezcuintle, chompipe y venado, para después envolverlos en hojas de maíz.

Con la llegada de los españoles se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz, aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas.

Se acostumbran a servir calientes, y se suelen degustar con atole (del sabor que prefiera cada persona) o con café. Como ya se mencionó, son hechos con una gran variedad de ingredientes, y estos varían según la región, en el caso de la zona centro de Chiapas, la flor de Cuchunuc es una de las más representativas, es un elemento distintivo de la cultura zoque, y aunque es considerada tóxica, se dice que tiene fuentes nutrimentales.

Además de esta flor, en la zona se pueden encontrar los típicos tamales que de seguro ya conoces, verdes, de rajas con queso, mole con pollo o carne de puerco y dulces.

Los tamales son considerados un platillo importante desde hace mucho tiempo, prueba de ello son los escritos del fraile español Bernardino de Sahagún, en donde menciona la gran variedad de tamales que se podían encontrar en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los banquetes del emperador Moctezuma.

Volviendo al tradicional 2 de febrero, esta fecha para muchas vendedoras significa trabajar duro para poder cumplir con sus ventas de tamales y obtener las ganancias esperadas. Ese es el caso de Ricarda Jiménez Tévera, originaria de Copoya, delegación de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; quien se dedica a elaborar tamales desde hace 40 años, aprendió a elaborarlos por tradición familiar, su bisabuela Margarita Moreno fue la encargada de enseñarle este platillo típico, y actualmente, es una representante de la comida tradicional zoque en la capital chiapaneca.

Ella como muchas otras mujeres trabajan arduamente para que las familias mexicanas puedan disfrutar de un delicioso tamal, hoy, muchas vendedoras se adaptaron a la nueva normalidad, tomando en cuenta las medidas sanitarias, como la Sra. Ricarda, que decidió levantar pedidos y hacer entregas a domicilio, aunque a pesar de ello menciona que las ventas disminuyeron a comparación de años anteriores.

El 2 de febrero es una tradición que no debe morir, por lo que conocer y apreciar de ella ayuda a darle más valor, y preservarla, para que las recetas y sazón vayan de generación en generación, tal como lo hizo Margarita con Ricarda y así no dejar morir este platillo tan típico de México.