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CONECULTA inaugura la exposición “Máscaras de Chiapas”

Por: Escena Chiapas

 

Según Octavio Paz, el mexicano es un ser que “se encierra y se preserva: máscara el rostro
y máscara la sonrisa”. Así lo dice en el libro de ensayos El laberinto de la soledad y así lo
muestra el epígrafe de la ficha técnica que sirve de explicación a la exposición “Máscaras
de Chiapas” que a partir del 24 de abril puede observarse en el patio central del Museo
del Café.
En la apertura de la exposición, la maestra Irma Pérez Luna, Directora de Patrimonio e
Investigación Cultural del Coneculta expresó que más allá de inaugurar esta muestra que
alberga alrededor de 50 máscaras de madera, tela, piel y otros materiales, se trata de
contextualizar y poner énfasis en la conformación de la identidad de las y los chiapanecos
con actividades que complementen su visión y así “hacerlos guardianes de nuestra
cultura”.
Como se pudo constatar, la máscara es un símbolo religioso y cultural, así quedó
demostrado en los cuadros que al principio y al final del evento, el grupo de Danza
Folclórica de la Unicach, dirigido por Luis Chandoquí, interpretó una danza alusiva al
carnaval zoque de San Fernando en la que los danzantes usando una de las máscaras
propias demostraban cómo el uso de la máscaras está vinculado al ritual, a la música y al
baile; mientras que en la danza del cierre se observó el baile de Parachicos y Chiapanecas
con los que el público se emocionó tanto que hasta acompañó con las palmas el consabido
estribillo de “Las chiapanecas”.
En el conversatorio “La máscara de Parachico”, Guadalupe Rubicel Gómez Nigenda, patrón
de los Parachicos desde enero de 1999; Erwin Muñoz Roblero, antropólogo y
coleccionista;  Raúl Vázquez Marina, originario de Chiapa de Corzo e investigador de la
evolución de la máscara tradicional y Efraín Castilla Flores, investigador de la Dirección de
Patrimonio Cultural, quien también fungió como moderador, se coincidió en afirmar que
el Parachico es un ente inmortal y colectivo, porque “pierde” su identidad al dejar de ser
una persona con nombre y apellido para volverse parte de un todo que representa a todo
un pueblo.
Rubicel Gómez Nigenda, quien además de ser patrón de los Parachicos, es maestro en
educación y fundador de la Casa Museo de los Parachicos, enfatizó en el significado ritual:
“Al ponernos la máscara somos otra persona”, de esa forma el Parachico sufre una
transformación, adquiere un poder especial, se vuelve el ente inmortal que ha trascendido
tres siglos. Así, la máscara le da poder y fuerza para bailar seis días seguidos, aseveró.
Y después de responder algunas preguntas del público se procedió al tradicional corte del
listón por parte de la directora de Patrimonio y la directora de Publicaciones, Tanya
Cossío, acompañadas de los panelistas y el público asistente, no sin antes comentar que a
la par de esta exposición se realiza el Taller sobre la técnica de las máscaras en donde se

trata de trabajar máscara tradicional para que no se distorsione la figura del Parachico y
con ello no se transgreda la tradición.
Por último, como un ejercicio interdisciplinario, también se realizó la presentación del
libro Palabras dispersas de Beatriz Muñoz en donde se conjuntaron la música, las artes
escénicas y plásticas con la literatura en un festín en el que Jorge Luna, Luis Pozos, Nidia
Piedad, Francisco Alonso López Villalobos y Julio Alegría expresaban, a su manera, las
diversas interpretaciones de lo que los poemas de la autora les provocaba.